Este año se cumplen 50 años de este súper héroe y para festejarlo, Sony (quien tiene los derechos del personaje) decidió hacer un reboot (que le llaman, ja!) de la franquicia en vez de filmar una cuarta saga. Buena decisión, toda vez que la tercera parte fue realmente mala y no daba para más.
Confieso que cuando escuché que venía una nueva versión, tenía mis dudas pues tan solo han pasado 5 años de la última parte de la trilogía dirigida por Sam Raimi y protagonizada por Tobey Maguire.
Sin embargo, poco a poco me fui entusiasmando al ver quien iba a ser el director y quienes los protagonistas.
El director, Marc Webb, tiene poca experiencia (lo cual no necesariamente es malo) y solo ha dirigido 500 Days of Summer, una comedia romántica (perdón, no es una película de amor, ja!)
Para el rol de Peter Parker, se mencionaron muchos actores, como Joseph Gordon Levitt (quien había sido dirigido por Webb en 500 days of Summer), Daniel Radcliffe (Harry Potter), Michael Cera (Scott Pilgrim), Zac Efron (17 again), Robert Pattinson (Crepúsculo), Aaron Johnson (KickAss), Jim Sturgess (21 Black Jack) y Anton Yelchin (Star Trek), al final creo que atinaron en seleccionar a Andrew Garfield (The Social Network) al que considero un actor con un gran futuro. Sin duda, este papel no lo encasillará, al contrario, lo llevará a otro nivel y podrá conseguir mejores papeles. Su interpretación es muy buena, es un Peter Parker distinto, no tan bueno y ñoño como el de Maguire.
Para la protagonista, acertaron en quitar a Mary Jane Watson (Kirsten Dunst) e incluir a Emma Stone (soy fan) como Gwen Stacy.
Webb le dio fuerza a la narración y construye mucho mejor los personajes que Raimi, es más sutil y hace que la historia sea mucho mas interesante que la anterior.
En resumen, es muy sencillo, si haces una película que requiere efectos especiales de primera, 10 años después de la original, y si mejoras a los protagonistas (incluyendo a los Tíos) y de pasada haces una buena historia, tienes un éxito garantizado.
Obvio vale la pena verla y en 3D. Le pongo un 8. ¿Y tú?