Hablar de Quentin Tarantino es sinónimo de polémica, unos lo aman, otros lo odian, otros lo amaban y ya no les gusta. En mi opinión, Tarantino es un genio, un director que copia en muchas cosas a otros grandes pero lo hace como un homenaje y siempre agrega su sello e intenta romper las reglas establecidas.
Mis favoritas, Reservoir Dogs y Pulp Fiction, ambas surgieron como un homenaje a una cinematografía anacrónica y no lineal, fueron originales, al menos para mí y distintas a lo que había visto antes. Con actores de gran personalidad como Harvey Keitel, Michael Madsen, Steve Buscemi, Lawrence Tierney, Chris Penn, un joven Tim Roth, Bruce Willis, Travolta, Samuel L. Jackson, etc. Diálogos comunes y corrientes pero a la vez hilarantes en donde se habla, por ejemplo, del deber moral de dejar propina a una mesera o como se le conoce a una Quarter Pounder en Francia. Exquisitos soundtracks rodeados de escenas visualmente increíbles y violencia. En fin, entretenimiento puro, inteligente y visualmente impactante. Un director que mató a Hitler en Inglorious Bastards, que nos dio Kill Bill 1 y 2 y otras cosas que no son tan buenas pero que tienen el estilo marcado del director como Jackie Brown, Death Proof.
Ahora regresa con Django Unchained, un homenaje al Spaguetti Western, a las grandes películas de Sergio Leone y Sergio Corbucci. Fiel a su estilo, Django cuenta con grandes actores, un excelente soundtrack y podemos apreciar todas las constantes de las películas de Tarantino.
La película se ubica en Texas a mediados del siglo XIX antes de la Guerra Civil y versa sobre un un esclavo llamado Django, interpretado por Jamie Foxx, (quien por cierto sustituyó a Will Smith), que es liberado por un caza recompensas que necesita su ayuda para encontrar a unos torturadores proponiéndole ayudarle a buscar a su mujer que era esclava.
El comienzo del filme es prometedor, Tarantino en su máxima expresión, podemos ver espaldas marcadas por latigazos, manos y pies encadenadas de esclavos negros y que respiran el polvo que van dejando los caballos de sus dos blancos captores. Al mismo tiempo, podemos escuchar música del gran Ennio Morricone. De pronto, aparece un dentista alemán muy inteligente y simpático llamado King Schulz, interpretado brillantemente por Christoph Waltz, quien sin duda es el mejor de la película, el mejor personaje del libreto y rescata a Django para que le ayude a identificar a los miembros de una banda.
Con ambos actores, Tarantino logra una complicidad única y con una buena química, podemos ver una cinta con un muy buen ritmo, divertida y con el sello del director. Brillante la burla al ku-klux-klan.
Mas adelante, aparece Leonardo DiCaprio quien otra vez fue ignorado por la academia de Hollywood para los Oscares, con una muy buena actuación interpretando al villano del filme y a un Samuel L. Jackson caracterizado como un anciano esclavo que odia a los negros.
En el filme hay mucho sarcasmo, muchos chistes racistas, suspenso, violencia, explosiones, y euforia del director, sin embargo, esa misma euforia provoca que la película sea larga y lo que pudo ser una verdadera joya se volviera aburrida y tediosa en algunos momentos.
Por supuesto vale la pena verla y le pongo un 9, quizá con media hora menos le hubiera puesto la máxima calificación. ¿Y tú?
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