Al ver esta película sin duda te haces las siguientes preguntas: ¿Porqué existen los psicópatas? ¿Así nacen o se hacen debido a falta de amor y atención de sus padres? ¿Hasta que punto los padres son responsables de los actos de sus hijos?
Cruda cinta que narra la historia de la relación de una madre con su primogénito. Ella, una mujer libre, que viajaba por el mundo, sin ningún tipo de compromiso, que un día conoce a su futuro esposo y en un descuido, se embaraza. Desde ese momento, la madre no toma muy bien la noticia, pues sabía que su vida iba a cambiar radicalmente. Esto provoca que durante el embarazo e incluso al nacer, existiera un rechazo notable de ella hacia el bebé.
Conforme el niño va creciendo, podemos ver a través de su mirada, odio, resentimiento y a una persona violenta que está por estallar. Asimismo, la madre sabe que su hijo tiene un problema sobre el que ella no es capaz de hacer algo al respecto y piensa que puede ser la razón de la enfermedad de su hijo.
La historia es narrada de una manera no lineal, con saltos continuos del pasado al presente. A pesar de que no es fácil seguir la historia, la directora, Lynne Ramsay siempre logra mantener el suspenso y el drama en la pantalla, pues desde que empieza la película sabemos que algo grave pasó aunque no sabemos exactamente qué y cómo.
Otro punto muy destacable es la ambientación, el uso de los colores rojo y azul es magistral. Por un lado, el rojo simbolizando el odio y la violencia y por el otro, el azul significa el cambio o al menos el quererlo.
El score es de Johny Greenwood, el guitarrista de Radiohead y equilibra muy bien las dramáticas y crudas escenas.
Lo mejor, las actuaciones, hay un duelo actoral interesante entre Tilda Swinton (que alguien me explique porque no fue tomada en cuenta para los Oscares) interpretando a Eva, la madre. Qué manera de transmitir angustia, frustración y hasta cierto punto resignación. Una madre que se siente fracasada y que literalmente está muerta en vida. Por otro lado, Ezra Miller, interpretando a Kevin, un psicópata, que odia a su familia y que está celoso o resentido de la felicidad de los demás.
El elenco lo complementa John C. Reilly, en el papel del padre de Kevin, un padre ausente, que no tiene interés en su familia y que solo lleva una vida superficial con ella y Jasper Newell, interpretando a Kevin de 6 años de edad, el niño transmite los sentimientos negativos de una manera sobresaliente.
En fin, We Need To Talk About Kevin es un filme escalofriante, duro, crudo pero que no debes perderte.
De lo mejor hasta ahora. Le pongo un 9. ¿Y tú?
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